dimarts, 24 de maig del 2011


Te dan alas con las que volar lejos, con las que alcanzar el sol, con las que tocar el cielo y, de repente, cuando estás a un palmo de rozar las nubes, te las arrancan para que caigas, caigas, caigas… y te estrelles contra la realidad de la que nunca debiste haber salido. En este corto periodo de tiempo, sentí más cosas de las creí haber sentido en mi vida. Creí. Porque en el momento en el que pensé que decías un 'te quiero', me di cuenta de que en realidad, nunca había sentido nada. Y ojalá nunca hubiera llegado a sentir nada.

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