diumenge, 3 de juliol del 2011


¿Lo has sentido alguna vez? Esa sensación, por la que necesitas llorar, no tienes razones o eso crees, pero cuando empiezas, nada te para. De repente estas bien, y a la mínima, has vuelto a caer. Haces una montaña de un grano de arena. No le ves sentido a nada, y lo poco que ves lo ves oscuro. Sientes una tormenta en ti, sientes esa opresión en el pecho, la misma que te atormentó en otros tiempos. Ya no eres feliz, sin saber porque, has vuelto a caer, no tenías razones, no había motivos, ya no había piedras, o eso creías, pero no siempre quitamos las piedras a nuestro paso, a veces simplemente las esquivamos pero nos olvidamos de quitarlas para no volver a tropezar, hasta que vuelven, siempre vuelven, y hacen que la caída sea aún más fuerte. Aún así, hay veces que no hay motivos, ni piedras, ni nada, simplemente, lo necesitamos, necesitamos llorar, llorar no es malo, mientras no se haga en abundancia. Pero a veces lo necesitamos, aunque para ello tengamos que poner la canción más triste y escucharla mil veces hasta que por fin caiga una lágrima, y una tras otra... Hasta que decidimos parar, y no por eso estamos mejor, simplemente nos hemos liberado... Nunca me has preguntado en que momento te empezé a querer, tampoco sabría responderte porque siento que he estado enamorada de ti toda mi vida. Te regalaría mi vida sin pararme a pensarlo ni siquiera un segundo. Te amo.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada