dimarts, 5 de juliol del 2011


Mírame, estoy echa polvo y las ojeras y la sonrisa desganada me delatan. Deja de fingir que no tienes ganas de besarme y de desnudarme como en su día hiciste. Ponte aquí, cerca de mi boca y dime que no quieres rozar mis labios y saborear aquellos días de verano en los que nunca se hacía de noche, nunca había ni prisa ni broncas, ni lágrimas, ni dolor, ni el tiempo pasaba rápido, ni escuchabas a la gente, y solo estábamos tu cigarro, mi risa, tus caricias y tu voz diciendome mil veces que me amas.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada