dilluns, 27 de juny del 2011


Menuda mierda, otro día más pensando en ti. Soy patética. Tienes una cara de niño, tan dulce; un pelo tan clásico y a la vez tan cuidado; unos ojos rasgados, tan hechizantes; unos labios que deseo tanto, lujuriosos; un aroma que engancha, más que la nicotina; un ser tan misterioso, tan atractivo. Cuando quieres eres tan dulce, tan cariñoso, simpático, luego te transformas en un borde, flipado y gilipollas, te odio. Miento, intento odiarte pero no puedo. Ya sabes, que pase lo que pase estoy aquí, si estás mal cuenta conmigo; y si soy la última opción, estaré ahí para quedarme contigo. Un segundo plato, sí; pero contigo. Sé que valgo más que toda esta mierda, sé que tampoco vales tanto para hacerme llorar. He llegado al punto de perder la confianza conmigo misma.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada