dimarts, 28 de juny del 2011


¿Recuerdas ese cuento que te inventabas? De la princesa y el bardo, que se enamoraron y huyeron muy lejos donde nadie, salvo las estrellas, pudiese ser testigo de su amor?. ¿No? Pues yo te cuento el final: Resulta que el bardo en realidad era un sapo disfrazado... 

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